Hay personas que son capaces de reaparecer en tu vida después de mucho años y con las maletas llenas para quedarse mucho tiempo.
Entre sus cosas llevan herramientas para sacarte una sonrisa en los días más grises, aunque haya niebla y aunque sea lunes.
Cambian tu filtro de aceite cuando ya está lleno de las cosas que nunca expresas.
Revisan las válvulas de tu risa para que puedan oír tus carcajadas a diario.
Programan tu cuadro de mandos y te hacen llamadas cada cierto tiempo para volver a oírte.
Se meten contigo para que suba la presión de tu bomba de inyección solo porque les resulta atractivo verte enfada.
Y sobre todo se encargan de engrasan a base de cursiladas tu corazón cuando empezabas a pensar que había dejado de latir.
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