Que los que van y vienen, no me
hacen falta.
Me he dado cuenta de que sin
tener nada lo tenía todo.
Que mis cosas caben en una
furgoneta.
He comprobado que los amigos no
preguntan y los que preguntan mucho no son amigos.
Que quien habla más de la cuenta merece escuchar cosas que no le
gustan.
He visto que el karma no perdona,
pero si tienes prisa en que llegue tardará más.
He asimilado que tener miedo no
es malo, lo malo es no hacer las cosas por miedo.
He perdonado, me he perdonado y me he permitido equivocarme.
Y he llorado mucho, por ti y por vosotras, porque quizá llevaba
mucho tiempo haciéndome la fuerte.
Gracias a los que me habéis hecho reír porque cuando me reía, por
un instante, no pensaba en nada.
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