martes, 18 de octubre de 2016

32 besos y medio

No importaba que tú vieses la pared azul turquesa y yo la viera azul verdoso.

Lo que sí importaba es que estábamos en el mismo lugar, en ese instante y en ese día, compartiendo juntos algo tan valioso como tu tiempo.

Las copas de vino pendientes fueron saldadas, pero aún siguen las ganas de verte.

Los límites los carga el diablo y morderte la boca es una necesidad.

Quiero saber cuántos besos miden nuestras espaldas y volver a medirlas cada mañana al despertarnos.

No hay mejor unidad de medida que tus besos, ni mejor cuentabesos que tus labios.



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