El olor a tierra mojada, de césped recién cortado, de la ropa tendida, de un
libro viejo, de aquel gel, de las chuches, de las clases de pintura, de
incienso, el de mezcla de galleta y colonia de un bebé, el olor a ti.
El sonido de esa canción, del wassap que estabas esperando, de la carcajada
de un niño, de las olas del mar, del silencio, de abrir una coca cola, de mi
madre llamándome Macarena, de la lluvia desde mi cama y el sonido de tus
palabras.
El sabor de los besos salados en la playa, de la fruta de verano, del
trabajo bien hecho, de la victoria, de las locuras, de nuestras cenas, de una
copa de vino, de las sobremesas y el sabor de tu piel.
Tocar un gatete, la roca, lo que está prohibido, la nieve, entrelazar dos manos,
un piano imaginario, aplaudir de la emoción, explotar pompas de jabón, la arena
fina y meter los dedos entre tu pelo.
Ver como crecen mis plantas, que se me hecha de menos, las cartas a mano,
como aprende a leer mi sobrino, las fotos, una película especial, mi reflejo en
un espejo despeinada, aquella calle, el sol, un arco iris y ver tus ojos
mirarme.
Y
aunque estás en todos mis sentidos...te odio.