viernes, 15 de febrero de 2013
Calcetines
Las parejas son como los calcetines...
...en un cajón destinado para ellos, esperando su momento de formar parte de tu vida.
Calcetines con el color vivo, que son nuevos en tu cajón y que nunca sabes que les deparará. Ilusión y la magia de incertidumbre
Calcetines con agujeros, pero aun así no puedes tirarlos y se mantienen emparejados. Resisten al paso de los años como pueden
Calcetines que de un día para otro perdieron su pareja y no pierdes la esperanza que en algún momento vuelvan a reencontrarse. Quizá uno de ellos está detrás de la lavadora o en el patio de luces de tu finca, pero puede que un día llame tu vecina a tu puerta y los vuelva a reunir.
Calcetines de deporte, ejecutivo o medias en el caso femenino, que solo usas para ocasiones especiales, deporte o de trabajo. Sabes para qué los quieres y no entran en tu vida en otros contextos que no sean por los cuales han sido creados.
Calcetines de estar por casa, esos con los que te sientes genial en el sofá después de un día duro. Tienen esa parte tierna que hace que te brote el instinto de ponerte el pijama por dentro de ellos. Nada puede con la fuerza de esa sinergia creada.
Y por último, esa pareja cada una de un color, uno a rayas y otro liso, que no encajan visualmente pero algo ha querido que los pusieras juntos. No querrás enseñarlos, pero cuando te quites los zapatos y los veas inevitablemente una sonrisa se dibujará en tu cara.
Hay calcetines que se emparejan uno metido dentro del otro, les gusta abrazarse.
Otros van sueltos por el cajón, te cuesta encontrar la pareja y posiblemente si tardas más de lo previsto escojas otros. Todo depende de la prisa que se tenga ese día.
Su definición dice que es una prenda para el pie, diseñada con el fin de calentarlo, absorber su sudor, protegerlo de suciedad y rasguños y aliviar el roce con el calzado.
¿Acaso las parejas no sirven para eso?
Hay personas que utilizan calcetines solo en Invierno. Les gusta pisar la hierba cuando hace buen tiempo y acordarse de ponérselos solo cuando su mente detecta el frío.
Las relaciones amorosas son como las parejas de los calcetines. Solo hay una excepción. La mierda de los calcetines se va lavándolos. La mierda de las parejas siempre vuelve a salir.
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